El pasado 24 de diciembre, vivimos una noche inolvidable llena de calidez y solidaridad.
Nuestra Cena de Navidad fue un verdadero reflejo del poder de la comunidad y de la fuerza que tienen los actos de amor en medio de las adversidades.
Gracias al apoyo incondicional de personas solidarias, logramos ofrecer una mesa llena de sabores, colores y cariño a las familias y personas en movilidad que actualmente encuentran refugio en nuestro espacio. Cada platillo servido representó el esfuerzo colectivo de quienes donaron alimentos, prepararon las recetas con dedicación o contribuyeron de alguna manera para que esta noche especial se hiciera realidad.
La cena no fue solo un momento para compartir alimentos, sino también un espacio para recordar que, a pesar de las dificultades, la unión y la esperanza pueden superar cualquier obstáculo. Alrededor de la mesa, escuchamos historias de fortaleza y resiliencia; vimos rostros iluminados por sonrisas sinceras y corazones reconfortados por el calor humano.
Además, la noche estuvo acompañada de música, cantos y momentos de reflexión. Las risas de los niños, las conversaciones entre personas de distintas nacionalidades y los abrazos compartidos crearon una atmósfera mágica que quedará grabada en la memoria de todos los que estuvimos allí.
Agradecemos profundamente a quienes hicieron esto posible: a las manos que cocinaron, a las personas que organizaron cada detalle, a quienes donaron tiempo, recursos y energía. También a las personas que nos permitieron ser parte de su historia y que, con su valentía, nos enseñan cada día el verdadero significado de la esperanza.
¡La Navidad en La 72 fue un recordatorio poderoso de que, incluso en los momentos más oscuros, la humanidad puede brillar con fuerza!
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